sábado, 2 de marzo de 2013

ORTOGRAFÍA



Cada vez contemplo más perplejo que la gente que manda mensajes por diferentes medios, ya sea Facebook , SMS, o Twitter ; cuida cada vez menos un aspecto para mí bastante importante: la ORTOGRAFÍA.
Mientras los políticos y “agentes” de la sociedad educativa se enredan sobre discusiones bizantinas acerca de la calidad de la enseñanza, o sobre la lengua vehicular en que ésta ha de impartirse, los jóvenes cada vez escriben peor, y no sólo eso, es que su falta de rigor o de interés en el lenguaje escrito se traslada al lenguaje oral.
Cada vez veo más gente incapaz de expresarse utilizando frases más o menos largas, con sus conjunciones, sus pausas, y ya no hablemos del uso de las subordinadas porque daría para un libro entero.
Alumnos de 3º de Derecho o cualquier otra carrera que presentan exámenes redactados como si fuera un mensaje de móvil,  utilizando ”xq” en lugar de “porque” o “por qué”, despreciando los signos de puntuación como si hubieran alcanzado el nivel de Saramago.
No voy a decir que antes el nivel educativo era mayor o mejor, que lo era, simplemente que la exigencia a los alumnos sí que requería que nos esforzáramos por escribir correctamente, más que nada, porque el primer día de clase, el profesor ya dejaba bastante claro que iba en serio con el asunto.
Junto con el programa de la asignatura, aparecía invariablemente el asunto de las faltas de ortografía, la de lengua (castellana o catalana) lo tenía claro, tres faltas = suspenso; y los acentos contaban como media falta. Los demás ya fueran de ciencias o letras variaba, los había que aplicaban el mismo criterio, y otros te descontaban un punto por cada falta.
Recuerdo que en 1º de BUP una profesora me devolvió un trabajo de Biología, lleno de signos de puntuación, principalmente comas y punto y coma, con una nota al pie que decía “El trabajo está bien, pero si lo leo tal como lo has escrito me ahogo”.
Por supuesto ahora eso es impensable, al instante acudirían los padres a poner el grito en el cielo, el resto de profesores diría que no hay que ser tan exigente, y el alumno seguirá escribiendo sin importarle si lo hace bien o mal.
A escribir correctamente se aprende con la práctica, pero también con la lectura, así que padres que tenéis hijos o tíos que tenéis sobrinos, regaladles a los chavales un libro de vez en cuando en lugar del juego de la consola, y luego comentadlo con él, y por qué no, si el chaval se lo merece, dadle una propinilla a modo de incentivo, que además de cultivar su intelecto quedaréis como el papi o el tío guay.
PD: Si aparecen faltas de ortografía o sintaxis en este escrito, la culpa no es de mis profesores, es del que me puso unos billares en el camino del instituto.


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