miércoles, 22 de mayo de 2013

LLUIS PERMANYER

Ayer, harto de dar vueltas para nada, vi un hueco en la parada de la Rambla a la altura de la Plaça Reial y decidí parar. Total, puestos a no ingresar, por lo menos no gastar.
Vi con sorpresa a Lluis Permanyer, cronista de Barcelona, y un hombre al que sigo con frecuencia en la Vanguardia y en Ràdio Barcelona, porque siempre cuenta algo interesante sobre la historia de la ciudad.
Ni corto ni perezoso, con la educación y buenas maneras que me caracterizan, me acerqué a él para preguntarle una curiosidad que yo tenía sobre la ventana que muestro en la foto, que se haya en la Rambla, encima de “El Café de la Ópera” y es compartida por dos edificios.
Bien, pues hablando hablando, me dice que ahora mismo no cae, pero que lo mirará y lo investigará, y me pide si puedo llevarle a él y a Oriol Bohigas (otro peso pesado de la cultura) al salón Construmat, y cómo no, allí me quedo dejando pasar el turno de la parada mientras el señor Bohigas llegaba.
Una vez todos, se suben a mi taxi, y a la feria que vamos.
De lo que hablaron en el trayecto, no diré nada, sólo que para mí fue un placer inmenso, porque aprendí mucho escuchándoles.
Al llegar al recinto ferial el señor Permanyer me pide mi teléfono para llamarme y satisfacer mi curiosidad sobre la ventana de marras. Se lo doy, pero con el pensamiento de que no creo que me llame y que voy a seguir con mi curiosidad.
¡Hombre de poca fe!
Esta tarde me ha llamado en persona y me lo ha explicado.
Resulta que antiguamente muchas viviendas tenían pozo, y que seguramente los dos edificios en cuestión lo compartían, siendo la ventana en cuestión el punto de acceso, y tras posteriores reformas, se decidió conservarla.
Curiosidad satisfecha.

Muchas gracias señor Permanyer.

domingo, 12 de mayo de 2013

CUMPLEAÑOS


Hoy, 12 de mayo de 2013, me caen 48 castañas.
Efectivamente, vine al mundo tal día como hoy de … a ver, si estamos a 2013 y le resto 48… y me llevo una y otra que pongo, da… (por el culo te la hinco)
He recibido muchas felicitaciones, lo cual quiere decir que hay gente que se acuerda de mi, o que ha abierto el Facebook y le ha salido la nota al margen y han quedado estupendamente conmigo (tranquilos,  hubierais quedado bien de todas maneras).
Me he levantado tarde, y me dolía la espalda, porque ayer sólo estuve 15 horicas trabajando, y porque además, si a partir de los 40 no te duele nada, es que estás muerto, y para eso no tengo ninguna prisa, mejor levantarse aunque sea con dolores.
La verdad es que no me importa cumplir años, significa que cada año que pasa, acumulo 365 días más de experiencias para recordar e historias para guardar en la memoria.
Un día no es válido si no te has reído al menos una vez con ganas, lo mismo que un año no es válido si no eres capaz de mirar atrás sin sentir otra cosa que nostalgia y la sensación de tiempo aprovechado.
Hay que adaptarse a la edad que no tiene, y si ya no tienes el cuerpo como para subirte al cimal de un roble y echarte una siesta, pues te la pegas en la hierba a su sombra. Si ya no estás para tomarte 10 Ballantine’s, pues te tomas uno o dos Glenmorangie de 12 años, que los disfrutas más y no te dejan resaca.
En fin, que lo que hay que hacer es lo que yo llamo “táctica Robinson Crusoe” es decir, ir poniendo rayotes en el poste y no parar.





lunes, 6 de mayo de 2013

ALTURA


Cuando al nacer pesas 5,5 kg. Sólo te quedan dos opciones para tener el peso repartido por el cuerpo, te expandes o te estiras.
La genética decidió que yo debía seguir la segunda opción, y así, con el paso de los años llegué al 1,88 que luzco por la calle.
De niño me tocó soportar, las inevitables comparaciones, que si vas a ser más alto que tu primo Fulano, que si ya pronto alcanzas a tu padre, que si vas a ser más grandón que un carlista (esto me lo decía mi abuela, se ve que los que anduvieron por la Serranía con Cabrera eran unos chicarrones del norte que dejaron huella). Y como no, las rimas típicas de los demás niños y hermanos, que no reproduzco para no daros ideas, pero que advierto eran contestadas con otras rimas relativas a la pequeñez tan “ingeniosas” como las recibidas.
La adolescencia, venga a crecer, y sin engordar para preocupación de mi madre, que cada vez que teníamos que ir al médico por lo que fuera aprovechaba para pedirle que me recetara alguna vitamina o algo que me hiciera engordar.
Ni que decir tiene que mi silueta no es que fuera precisamente garbosa, ahí ya llegué en la madurez, cuando ya paré de crecer y me dediqué a repartir mejor lo que comía.
Por supuesto, las bromas cambiaron, ya era más alto que mi padre y que mi primo Fulano (que los carlistas no lo sé, no pude comparar) y ya eran cosas del tipo, cualquiera se va a coger peras contigo.- ¿Qué temperatura hace por ahí arriba?.- ¿dónde vas “chiquitín? (esta es el colmo de la originalidad).
Ni que decir tiene, que yo aprovechaba y aprovecho para meterme con los bajitos y sobre todos con las bajitas. Es más, el más bajo de mis hermanos mide 1,76, pero yo le llamo “Enano”, y por supuesto, toda persona por debajo del 1,65 queda encuadrada en el apartado “Pitufo” y recibe bromas del tipo “ten cuidado que llueve mucho, no sea que te metas en un charco y te ahogues” o “te voy a regalar un colgante para usarte de llavero”.
Pero esto es la parte de broma, ser alto tiene sus ventajas, claro, pero también sus pegas.
A saber:
En las casas viejas tienes que tener cuidado, o te vas dejando un mata de pelo en los marcos de las puertas (¿posible causa de mi alopecia?)
Las camas son de 1,80 mts, con lo que o duermes con los pies fuera, o hecho un ovillo, y cuando pillas ya una cama de 1,90 ó 2 mts., ya es tarde, no sabes dormir.
Cuando mejor estás en el sofá tumbado, o haciendo cualquier cosa en el cuarto, se oía la voz de mami “Oye ven, alcánzame esto tú que llegas”
En el trabajo de dan un Piaggio Porter para desplazarte por Mataró, y echando todo el asiento para atrás, tienes problemas para poner los intermitentes, porque con las rodillas le das a la palanca.
Luego cuando te compras el taxi, tienes que mirar que quepas tú y alguien sentado detrás de ti, y por supuesto, olvídate de poner mampara que entonces no cabe nadie.
Las lumbalgias van apareciendo regularmente…
En fin, que el mundo desde aquí se ve más o menos igual que desde abajo y claro que tiene ventajas, sobre todo ahora que llega el buen tiempo, puedes ir a la calle y asomarte a todos los “balcones” que ahora te muestran desde una perspectiva idónea.
Tu presencia intimida, aunque tu personalidad sea de lo más pacífica o incluso cobarde.
No necesitas subirte a nada para cambiar una bombilla (mi madre tampoco lo necesitaba, me lo dejaba a mí).
En resumidas cuentas, que me apetecía escribir o contar algo de altura, y mirad lo que me ha salido.