viernes, 12 de julio de 2013

GIN TÓNIC

GIN TÓNIC
A ver, lo primero.
Se dice gin tónic, gintónic o gin-tónic (para los anglófilos que no pueden pasar tres minutos sin decir nada en inglés, sin acento en la O)?
¿Cómo puede ser, que una cosa que originariamente se ideó para matar el sabor amargo de la tónica a la hora de combatir la malaria en las colonias de su Graciosa Majestad la reina Victoria, (no sé de dónde viene lo de graciosa, en todas las fotos sale con cara de palo) ahora sea objeto de “culto” y charlas pedantes?
Lejanos quedan aquellos tiempos en que aquí nos apañábamos con la ginebra Larios de toda la vida, y los más pijos pedían Gordon’s o Giró (porque es perfumada).
Ahora vas a un bar y tienen tal cantidad de marcas de ginebra que cuando te decides ya es hora de cerrar, por no hablar de las tónicas, porque claro, el agua carbonatada con quinina y azúcar, no es siempre igual, y no “marida” lo mismo la tónica X con la ginebra Y, sólo le va bien una determinada marca, fabricada “artesanalmente” en la campiña inglesa específicamente para combinar con esta ginebra.- Prueba y verás cómo se nota la mezcla de sabores y el carbónico explota en tu paladar liberando los aromas y bla bla bla…- que claro, el botellín de tónica te sale por un pico, y el gin tónic que te ibas a tomar, al ver el precio se transforma en bilis y te deja amargor para los restos.
Y cómo no, los aditamentos.
Antes con una rodaja de limón ibas servido, luego ya se añadía un golpe de concentrado de limón, pero ahora, te puedes encontrar de todo, porque claro, hay que buscar el complemento que maride bien con la tónica artesana y la ginebra más artesana y exclusiva.
-          El señor quiere una rodaja de pepino, unos pétalos de rosas, aceitunas, un rabanito..-
Que te quedas con ganas de decirle –Mira, hazme un gin tónic de Beefeater, y todo eso que me has dicho me lo pones en un plato y me traes aceite y vinagre para aliñarlo, así de paso ceno-.
A lo mejor es que soy demasiado primario, pero todo esto me parecen modas tontas y pasajeras, o como decía mi difunto abuelo “ menuda tontá”.