lunes, 30 de septiembre de 2013

RELAXING CUP


A raíz de la intervención de la alcaldesa de Madrid en Buenos Aires, las redes sociales se han llenado de chistes sobre su nivel de inglés, las columnas de opinión hablaban sobre el lamentable nivel de inglés de nuestra clase política (habría que verles hacer una redacción en castellano a ver qué tal llevaban la ortografía, la sintaxis y la caligrafía)
Sin que mi opinión respecto a la señora Ana Botella haya cambiado – me sigue cayendo como el culo - , voy a romper una punta de flecha en su favor (una lanza se me antoja demasiado).
Un día, llevando a un turista finlandés en el taxi, me dijo: -Your English is quite good!- A lo que yo respondí: -Yours is better- por supuesto que su inglés era mejor que el mío. Y me dijo una cosa que se me quedó grabada:
“Cuando hablas un idioma que lo habla poca gente o se habla solamente en tu país, tienes que aprender otro, y casi todo el mundo aprende inglés”
Totalmente cierto, he llevado pasajeros de más de 150 países, y con casi todos más o menos me he entendido, salvo rusos y japoneses, que no sé por qué, pero muy pocos hablan inglés.
Ahora bien, nosotros hablamos un idioma que perfectamente podría ser esa segunda lengua a aprender. El castellano, español o cómo lo queráis llamar lo hablan más de 500 millones de personas, y es lengua oficial en un montón de países.
Por eso, cuando algún cliente oriundo de un país de habla no inglesa me pregunta : “Why nobody speaks english here?” pues claro, no me queda otra que soltarle el rollo del finlandés, y de paso una pequeña disculpa.  Pero, y ahora viene lo bueno, si algún cliente anglosajón me viene con lo mismo, la respuesta cambia y se transforma en una contestación a la gallega, es decir, le contesto con otra pregunta: “Why nobody speaks spanish in Manchester?”. Porque no considero justo que ellos me pidan, o le pidan a nuestro país, cosas que ellos no nos ofrecen cuando vamos al suyo. Y lo que habéis visitado Londres o Edimburgo, lo habréis podido comprobar; o te encuentras con un español o un latino, o lo llevas mal para comunicarte.
Así que cuando vi a la señora Botella haciendo su discurso, tengo que decir que estoy seguro de que su nivel de inglés es bastante mejor que el de mucha gente que la criticaba.
Y por otro lado, y volviendo al tema de la reciprocidad recordad a los candidatos de los EEUU dirigiéndose al electorado latino.
Houla soy Barrak Oubama y a-provo esto men-saje.
Good evening and good luck!



jueves, 19 de septiembre de 2013

VUELTA AL COLE


A lo largo de la semana pasada, los chavales han ido volviendo al cole.
Los síntomas estaban claros y a nadie nos ha pillado desprevenido: Las tormentas de finales de agosto, la vuelta a casa desde el lugar de veraneo, los anuncios de coleccionables, la “Vuelta al cole de El Corte Inglés” con el 10% de descuento en cortycoles…
Como uno no tiene ganas de pensar temas de conversación, y tampoco es que me apetezca mucho aburrirme en el trabajo, se tira de tópico y se le pregunta a la chavalada y a los progenitores cuál de los dos tiene más ganas de que empiecen las clases.
Es curioso ¡los chavales tienen ganas de volver! Los padres, por descontado las tienen que vuelvan, puede que más que las criaturas.
¿Tanto se aburren ahora los chavales en vacaciones? ¿Tan bien se lo pasan en la escuela?
Al parecer, la respuesta a las dos preguntas es que sí.
Sorprendente
Yo no quería volver ni a rastras, cada mañana era una prueba para la paciencia de mis padres, pero claro, con dos hermanos casi coetáneos tenía la diversión asegurada y no me hacían falta los amigos del cole.
Pero hete aquí que los tiempos avanzan, las cosas cambian, y los psicólogos, en un momento en que ya no sabían qué inventar para seguir teniendo clientela, se inventaron el estrés postvacacional.
Qué pena no se les hubiera ocurrido cuarenta años antes, así en lugar de -¡Levanta, gandul, que todos los días lo mismo!-; sería –Oye, que al muchacho le cuesta levantarse para ir a la escuela, que seguro está enfermo de estrés postvacacional-.
Y puestos a elegir, antes que tener fama de gandul, prefiero “padecer” una enfermedad inexistente.
¿VOSOTROS NO?